OSWALDO REYNOSO: AREQUIPA LÁMPARA INCANDESCENTE

 

OSWALDO REYNOSO: Arequipa lámpara incandescente


REGIÓN: AREQUIPA
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2014
VALORACIÓN: LECTURA OBLIGATORIA (4.5/5)
EDITORIAL: ALETHEYA

La década de los cincuenta del siglo pasado significó para la literatura peruana un momento clave de renovación, innovación y consolidación de la narrativa y poesía peruanas. Es en este período donde aparecen autores que, aún hasta ahora, no han perdido un ápice de brillo. Escritores como Julio Ramón Ribeyro, Mario Vargas Llosa, Blanca Varela o Sebastián Salazar Bondy establecieron nuevas formas de literaturizar la realidad y de pensar el país. Reynoso publicó su primer texto —el poemario Luzbel (1955)— en esta década, por lo que puede considerársele parte de este grupo, aunque sus obras más significativas verán la luz posteriormente —pensemos en Los inocentes (1961) y En octubre no hay milagros (1965)—. Arequipa lámpara incadescente (Aletheya, 2014) pertenece al grupo de obras que Reynoso escribió en el siglo XXI y cuyos pilares más relevantes se encuentran en la exploración de la memoria y la narración del yo.

Oswaldo Reynoso (1931-2016) inició sus estudios universitarios en Arequipa y los terminó en Lima. Formó en 1966 con Miguel Gutiérrez y Antonio Gálvez Ronceros el grupo Narración. Hacia finales de los años sesenta partió a China donde residió hasta fines de la década de 1980. Que su primer libro haya sido un poemario deja algo en claro: la preocupación constante del autor por la luminosidad de la palabra. Por la fabricación de imágenes sensitivas y sugerentes en cada descripción, y por el constante juego con los verbos y adjetivos. Sus novelas y cuentos son, en gran medida, un laboratorio textual: una pirotecnia de técnicas narrativas junto a un estilo que se hace distintivo.

Arequipa lámpara incandescente (2014) pertenece a una trilogía de textos que Reynoso logró terminar antes de su muerte. El primero de ellos fue En busca de la sonrisa encontrada (Cascahuesos, 2012) y culminó con la póstuma Capricho en azul (Alfaguara, 2020). Las tres recuperan la memoria esencial de Reynoso de forma fragmentada y con la inclusión de múltiples registros: poesía, narración y ensayo. La obra en cuestión narra, haciendo uso de un formato epistolar, la relación entre un experimentado Oswaldo y Sergio, un joven y entusiasta poeta arequipeño. Esta conversación —que al inicio se establece en un restaurante tradicional arequipeño para después convertirse en una comunicación mediante correos electrónicos— sirve como excusa para narrar pasajes importantes en la formación artística y humanística del personaje de Oswaldo: su vocación literaria, su descubrimiento sexual, sus años de formación en Arequipa, su reflexión sobre la escritura y los viajes en el Perú y el extranjero. Sin un orden aparente, Reynoso nos conduce por aquellos momentos que él considera trascendentes en su mirada retrospectiva de Arequipa, apelando para ello a un lenguaje poético, experimental y aleccionador:

Y lentamente tomo un trago y nos sirven a la mesa rocotos rellenos que brillan rojos como adornos de árbol de navidad y el pastel de papas y queso fresco dorado hasta el matiz de sabroso quemado brillante (p. 14).

Y el calor emborracha más que el licor fuerte que tomo una y otra vez a pico de una botella de porcelana con pinturas de dragones y en la glorieta de la Plaza de Armas de Catacaos la banda del ejército toca y yo me voy a La Habana y no vuelvo más y es domingo y Sergio me decía un desolado domingo de internado de la Cantuta… (p. 90).

En mi creación narrativa, a veces, solo los delineo y dejo a la imaginación de lector que concluya la descripción a partir de su propia experiencia de vida (…). Otro problema que un creador debe resolver es el orden con que se presenta las características físicas de un personaje unidas estrechamente a sus rasgos psicológicos (p. 81).

Este libro de Reynoso es un título imprescindible para todo seguidor ferviente de la obra y biografía del escritor arequipeño. Destacan en gran medida las descripciones de ambientes, calles, comidas y personalidades del medio cultural peruano. Ante los ojos del lector desfilan agudas reflexiones sobre el estilo al momento de escribir, la enrevesada política peruana, el descubrimiento de la orientación sexual, las instituciones sociales y religiosas intolerantes y la preocupación constante por la posición del artista en la sociedad. Además, el libro permite tener acceso a dos épocas en particular: la Arequipa de los años cuarenta y cincuenta, y la Lima de los años sesenta —así como las personalidades literarias más descollantes de ese tiempo (Efraín Miranda, Martín Adán, Eleodoro Vargas Vicuña, entre otros)—. Reynoso reúne en esta obra todos aquellos elementos que han hecho de su carrera literaria una de las más importantes a nivel latinoamericano.

No obstante, hay ciertos aspectos que deben resaltarse al momento de abordar la lectura de este libro. Para alguien poco acostumbrado al estilo de Reynoso, la novela le puede resultar repetitiva o empalagosa, como si en ciertos fragmentos el autor se engolosinara en su propio estilo y perdiera el equilibrio en las descripciones. Además —y esto es algo que Reynoso menciona: «Sergio, te confieso que no sé cómo terminar este conjunto de textos sobre Arequipa» (p. 115)—, es posible enfrentarse ante una estructura por momentos inconexa. El libro en cuestión parece un conjunto de bellos retazos que no terminan de cerrar en un organismo hermético. Sin embargo, esto parece deliberado si entendemos que el proyecto narrativo de Reynoso era presentar un texto híbrido, ajeno al encorsetamiento de los géneros literarios.

Metaficcional, autobiográfica, creativa y arriesgada, Arequipa lámpara incandescente (2014) nos muestra el gran talento de Oswaldo Reynoso como narrador. En sus páginas, el lector encontrará la imagen descarnada, nostálgica y estética de una ciudad que nunca abandonó los recuerdos del autor y de un escritor comprometido con la búsqueda desquiciante de la belleza.  

Hacedor: Anthony Valdivia Valencia



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