SARKO MEDINA HINOJOSA: ALASITAS
SARKO MEDINA HINOJOSA: ALASITAS
REGIÓN: AREQUIPA
AÑO DE
PUBLICACIÓN: 2024
VALORACIÓN: LECTURA
NECESARIA (4/5)
EDITORIAL: ALETHEYA
Hagamos un breve repaso de
definiciones. Para autores como Enrique Anderson Imbert, el microcuento es «un
fruto redondo, concentrado en su semilla»; Andrés Neuman dice que son «textos
con una sintaxis económica y estructura esquemática precisa y cerrada»; Pía Barros
comenta que consiste en «el máximo de significado, con el mínimo de
significantes». Por otro lado, Ana María Shua, autora del libro Cómo
escribir un microrrelato, indica que algunos de los elementos
indispensables que toda microficción debe tener son la narratividad, la
originalidad y la contundencia —además de otros igual de importantes—. Todas
estas características y conceptos encuentran un más que logrado encuentro en el
último libro publicado por el escritor arequipeño Sarko Medina Hinojosa: Alasitas
(Aletheya, 2024).
Sarko pertenece a un relevante grupo de escritores regionales que viene publicando de manera constante durante
la última década del siglo XXI, además de trabajar en la difusión de la
literatura y escritura desde las canteras del periodismo y la gestión cultural.
Ha explorado distintos géneros literarios, pasando por el cuento, la poesía, la
microficción y la literatura infantil. Productos de esa inquietud son los
libros Clavo con palo y santo remedio (Iniciativa Prometheus, 2014), La
venganza de los apus (Iniciativa Prometheus, 2017), El Ekeko y los
deseos imposibles (Aletheya, 2019), La calle está dura (Aletheya,
2021), El color de la música (Fondo Editorial de la UCSP, 2022), Arquitectura
de una lágrima (Ergo editores, 2022) y Alasitas (Aletheya, 2024).
En esta última entrega, Sarko nos
muestra una summa en setenta y un textos de todos sus intereses
creativos, pero ahora en un formato breve: el de la microficción. En primer lugar,
es importante reconocer que la propuesta del autor se enmarca en un género poco
practicado en la literatura arequipeña: no son muchos los libros de microficción
que se han publicado en la ciudad. El primer punto rescatable de este libro es
la incursión en los distintos géneros por los cuales se desplazan las historias.
La ciencia ficción, el terror, la fantasía y el realismo aparecen como sólidos
ejes de lectura que nos permitirán conocer la versatilidad de Sarko para saltar
de un registro a otro —en algunos casos de forma muy lograda y en otros no
tanto—.
Los aspectos más destacables del
libro se encuentran en los microrrelatos más cortos, aquellos en donde el autor
se vale de todos los recursos textuales para lograr un efecto certero. Por
ejemplo, en microficciones como «Peter Pan»: «Cuando termina de leer el
microcuento, piensa: “Qué malo está”. En algún lugar del mundo, un microcuentista
desaparece» (p. 13). O en «Y en la desgracias…»: «Después de varias hipotecas y
negocios fallidos, en la mesa, ante una lata abierta de atún y galletas de soda
con hongos, comprobó lo mucho que amaba a ese desgraciado» (p. 38). Y en «De
Ocasión»: «Me alquilo como padre sustituto. Salí hace tres días de prisión.
Seguridad y protección A1. Al que atentó contra mis hijos lo encontraron en
tres lugares distintos. Informes al 054-576757». En estos, el acto de apelar a
referencias literarias, la ironía y el humor macabro logran, en pocas líneas,
generar un impacto en el lector que continúa resonando después de acabada la
lectura.
De igual manera, Sarko nos deja
en claro que uno de sus grandes atributos es la presentación de hechos redactados
de forma directa, concisa y objetiva para crear una atmósfera que finalmente se
devela como algo totalmente distinto y sorpresivo a lo que se creía inicialmente,
como en el microrrelato «Caso cerrado», en donde la aparente descripción de una
escena del crimen termina siendo la travesura de un niño al matar una paloma
con su honda.
Sin embargo, no todos los
microrrelatos presentan el mismo nivel de originalidad y concisión. Hay algunos
que caen en la condición de chistes o historias intrascendentes, como es el
caso de «Ese vato ya está muerto» (juego de diálogos con final humorístico que cae
en un lugar común), o «Silvio Rodríguez no escribió sobre esto» (otro
intercambio de diálogos con un final algo predecible y con poca trascendencia).
Además, hay ciertos diálogos —especialmente en los textos más apegados al realismo—
que no resultan del todo verosímiles y pueden parecer muy artificiosos, como en
«¡A mi hermanita no la tocas!», donde hay una sobreexplicación de los hechos y
las emociones. También se podría recomendar ajustar el uso de la sintaxis en
ciertas partes para dosificar mejor la presentación de hechos.
Leído en su conjunto, el libro nos deja en claro que Sarko ha conquistado con creces una maestría para crear historias breves e ingeniosas. Muchas de las microficciones —además de conducirnos por diálogos, atmósferas y personajes verosímiles— contienen un gran uso de la narratividad y conmoción que todo buen microrrelato debe poseer. Definitivamente, estamos ante un título que todo aquel que desee incursionar en la narrativa hiperbreve debe visitar sin ninguna duda.
Hacedor: Anthony Valdivia Valencia

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