ENTREVISTA A YURI VÁSQUEZ
YURI VÁSQUEZ: “LOS ESCRITORES
NO TENEMOS A VECES EL RECONOCIMIENTO NI LA AMABILIDAD DE MUCHA GENTE, MENOS DEL
ESTADO”
Anthony: En su larga
trayectoria como escritor, ¿cómo siente que ha cambiado su visión sobre el
oficio de escribir en todo este tiempo? ¿Cómo ha madurado su estilo al paso de
sus obras?
Yuri Vásquez: Yo
escribo desde los 20 años, de manera más o menos sostenida, casi como un
escritor profesional. No obstante, en la época en que yo empecé a escribir no
había la facilidad de hacerlo, además que no estaba muy seguro de lo que escribía.
He sido un escritor que ha querido buscar o busca siempre de alguna manera la
perfección literaria y estética, eso en cierta medida es bueno y también malo.
Porque implica ciertas frustraciones o descontentos que a veces podrían ser
inútiles.
No sé si existirá la perfección,
pero es un reto para un escritor alcanzarla. Y en esa medida, efectivamente, el
tiempo es muy bueno, ha permitido de que encuentre cierta conformidad, cierta
tranquilidad y paz, porque sigo siendo un escritor que está en constante
búsqueda de mí mismo y de mi literatura, entonces en ese sentido ha habido un
proceso muy penoso. De eso doy cuenta, por ejemplo, en mi novela La
inmensidad (Surnumérica, 2022).
Anthony: Recuerdo que Faulkner
decía que un verdadero artista está siempre inconforme con su obra, siempre
está buscando esa perfección que nunca llega, pero esa misma búsqueda lo motiva
a seguir escribiendo.
Sebastián: ¿Cómo es el proceso
de edición de sus obras? ¿Cuál es la diferencia entre publicar en una editorial
arequipeña y una editorial española?
Yuri Vásquez: Bueno, si
tenemos que hablar de editoriales, creo que para mí en especial ha sido muy
bueno el movimiento que se ha dado especialmente en el país y muy
particularmente en Arequipa, con respecto a las editoriales independientes. Eso
ha promovido y facilitado para muchos el acceso a una publicación. Ahora,
siempre es gratificante cuando tienes nuevas opciones, especialmente si de
alguna manera se te presenta la oportunidad de proyectar tu obra literaria
fuera de los confines. Es una satisfacción muy buena, muy personal,
especialmente con respecto a mi libro Cortometraje (Cascahuesos, 2010). Para
mi gusto es un libro de cuentos que encierra mucho de la entrega literaria mía
como escritor y pienso que representa una pequeña audacia, en el sentido de que
es un libro pequeño, pero muy complejo. Y eso me lo han hecho saber algunos
lectores. Me dicen que tiene la virtud de conjugar muy hábilmente lo fantástico
con lo real, que hay cierto preciosismo literario, cierta densidad en sus
tramas; pero lo más interesante es que abre y anuncia lo que después se ha
venido haciendo en mi obra, que es la metaficción y ese círculo redondo que se
da al inicio del libro y que se configura y se establece al final.
Muchos me han dicho que este
libro puede ser más que un pequeño libro de cuentos, también podría ser leído
como si fuera una novela.
Anthony: En ese sentido ¿usted
cree que el proceso o la asesoría de un editor lo ha ayudado mucho? ¿O ha
llegado de forma individual a estos proyectos tan cerrados?
Yuri Vásquez: Bueno mi
experiencia como escritor ha sido realmente en la casi absoluta soledad. Yo he
escrito desde los veinte años uno tras otro libro. Empecé con cuento, luego con
novela y otra vez con cuento. Cuando termino esos tres libros que me tomaron
prácticamente una decena de años, entonces recién se los di a conocer a
personas que en ese entonces estaban vinculados a la literatura, como poetas y
narradores. Solo así pude mostrar mi trabajo cuando escribí tres libros.
Recuerdo a personas como Jose
Gabriel Valdivia, al poeta Alfredo Herrera, Fernando Rivera y otros más. Me
dijeron “está bien, es un trabajo interesante” y recién ahí publiqué en una
pequeña plaqueta del poeta Lolo Palza. Recuerdo que lo que publicaron fue ese
cuento “El libro de los siglos”, que esta si no mal recuerdo en Sonata para
un hombre lejano, y entonces de ahí se produjo un largo tiempo sin publicar.
Después, conocí al escritor Marcel Oquiche que en ese entonces era un escritor
que había publicado dos libros muy interesantes y que en Arequipa tenía cierta
presencia, y fue él quien me impulsó a que participara en el cuento Copé. Y
bueno, desde ahí más o menos vengo publicando, pero en absoluta soledad.
Anthony: ¿En qué momento en
específico de su vida siente usted que se marca su destino como escritor? ¿Con
qué temáticas empezó este oficio y cuáles son las temáticas que aborda
actualmente?
Yuri Vásquez: Yo creo que
esto del impulso literario es algo que viene de la infancia. Dos cosas creo que
fueron decisivas en mi desarrollo como escritor. Primero que siempre fui un
niño muy solo, tenía a mi hermana y vivía solo con mi madre y ellas siempre
andaban juntas, pero yo andaba sin nadie. Otra de las cosas decisivas es que mi
padre siempre se preocupaba mucho por nuestra formación, tanto de mi hermana
como de la mía, y entonces nos estimulaba la lectura.
Cuando yo estaba solo siempre
aprovechaba para leer primero las historietas de Batman que había en los años
60 y luego ya mi padre me iba facilitando cuentos. Leía Las mil y una noches
y cosas así. En esa circunstancia, yo imaginaba cosas y tenía ideas. Ya plasmé
esas ideas o imágenes a los 14 años; recuerdo que cuando lo escribí me sentí
como que estaba en la ducha y alguien me miraba, me sentí mal. Y lo que hice
con el texto fue ponerlo en mi jardín debajo de una piedra para desaparecerlo.
Es que siempre he tenido esa relación poco conflictiva con la literatura, en el
sentido de que no me he sentido digno para estar vinculado a la literatura.
Este ha sido más o menos el proceso creativo.
Sebastián: ¿Con qué temáticas se
ha sentido más identificado al inicio y con cuáles ahora? ¿O qué otras
temáticas quiere explorar?
Yuri Vásquez: Bueno antes
de llegar al primer libro yo escribía cualquier cosa, aventuras, cuestiones de
detectives y cosas así que no las encontraba muy bien; me exigía bastante y una
de las cosas que quizá determinó lo que yo quería lograr es el contexto. Para
mi siempre ha sido muy importante el contexto, porque cuando yo escribía esas
intentonas siempre eran de aventuras muy sencillas y abstractas. Me hacía la
pregunta: “¿Yo soy artífice de ideas e historias volátiles?”, entonces me respondía
a mí mismo: “ Creo que acá le falta realidad”, y ahí es donde empiezo a
escribir más serio y como resultado me sale Sonata para un hombre lejano,
que en realidad es el primer libro de cuentos, que lo he reescrito, pero es el
primer libro que yo escribí y ahí es donde yo digo “ya creo que puedo hacer
algo”.
Sebastián: ¿De qué
manera siente que su profesión como abogado y su experiencia de vida ha
enriquecido su arte?
Yuri Vásquez: Como ocurre
siempre, creo que todos pasamos por eso en algún momento, que a la familia no
le gusta, por ser una familia conservadora y que te tiene mucho cariño. Siempre
hay esa oposición, por eso yo conversé seriamente con mi padre, porque él era
el que quería un camino sólido y estable en mi vida. Y cuando vio que yo quería
entregarme a la literatura no le pareció una buena idea. Yo le dije: “papá, yo
puedo hacer las dos cosas”. Mi padre era abogado. Yo siempre estaba vinculado
al derecho, no de manera directa porque no he vivido con mi padre, pero si
teníamos un trato frecuente. Sí me interesaba el Derecho, pero mi interés iba
más por la literatura. Entonces convencí a mi padre para que yo hiciera las dos
cosas y llevamos un trato amigable, debido a que hicimos como un pacto. Incluso
a espaldas de él en un momento determinado decidí estudiar Literatura, porque
un poquito que me gustó la idea de Vargas Llosa; es decir, el hecho de que
pudiera ser un escritor pero a la vez un académico, entonces a espaldas de mi
padre dije “voy a intentar a ver qué pasa”, y postulé a la universidad e
ingresé a Literatura y solo estuve entre seis u ocho meses, o sea no llegué a
terminar el año, debido a que no pude seguirlo por dos cosas: la primera fue
porque era demasiada carga para mí el hecho de seguir dos carreras y la segunda
fue porque no podía detener mis ganas de escribir. Mi padre, solo años después,
supo que yo había estado en esa intentona, porque yo mismo me retiré de ahí,
eso fue lo que pasó.
Anthony: ¿Pero no siente que
ha tenido mucha influencia su carrera como abogado?
Yuri Vásquez: Ah sí, seguí
escribiendo clandestinamente, pero siempre siendo responsable y cumpliendo como
estudiante de Derecho. Hasta recuerdo que mi madre se sorprendía porque siempre
me veía encerrado en mi cuarto o en el salón.
Cuando terminé derecho y me
gradué, no sabía qué hacer y me preguntaba si iba a poder seguir escribiendo ya
como profesional de Derecho teniendo un trabajo. Confieso que cuando ya empecé
a trabajar y ganarme mis primeros centavos era muy difícil hacer las dos cosas.
No tanto por el tiempo sino por la predisposición, me costaba compartir mi
trabajo literario con un oficio pragmático.
Pero vino la solución, como a mí
siempre me había gustado leer novelas policiales entonces ahí encontré el punto
de conexión. Fue tanto que he escrito tres novelas policiales. Y efectivamente
la experiencia como abogado me ha servido mucho y hoy en día no tengo ningún inconveniente,
y es más, si mañana me dicen que cierre mi oficina como abogado estaría
descontento, porque ya he aprendido a llevar las dos cosas.
Sebastián: ¿Cuáles serían para
usted sus maestros literarios en el plano literario, pero además referentes
musicales, cinematográficos o artísticos? ¿Para usted cuáles serían sus
referentes máximos?
Yuri Vásquez: Bueno, mis
referentes máximos primero creo que serían Stendhal, porque me parece que es un
gran escritor. Ahora más adelante me gusta Marcel Proust por su fama de abrir
un nuevo camino a la literatura entre el XIX y el XX. No soy un devoto
absoluto de él, pero me parece que rompe con un camino. Y bueno James Joyce ni
qué hablar, ya que es un máximo referente. Luego está Italo Calvino, Saramago,
Borges, Kafka (él es otro fenómeno que sí ha tenido una influencia muy grande
en mi) y William Faulkner, por supuesto.
En cuanto a cinematografía,
muchos me han dicho que leer mis libros es como ver una película, porque es una
virtud que se presta mucho a imágenes. Entonces me gusta mucho el cine italiano,
francés y alemán. Incluso ahora les adelanto algo que me está entusiasmado
mucho. Tengo la idea de escribir un libro de cuentos —que ya tengo el título,
para mí es muy importante el título, aunque luego puedo modificarlo—. Este
libro va a tener unos ocho o diez cuentos que van a girar en torno a una
película con tramas de los personajes, esa es una idea que tengo junto con otra
que es escribir una novela. Solo espero terminarlo.
Anthony: Veo que tiene mucha
predilección por la literatura del siglo XX, que es una narrativa que
reformula muchas cosas y eso se nota en sus obras porque siempre busca innovar
y es algo que no es común ver en la literatura peruana.
Yuri Vásquez: No sé si
llegó a ustedes, pero a mí me invitaron a un foro en la Escuela de Literatura y
me pidieron que pronunciara mi testimonio literario. Entonces publiqué un texto
y ahí lo que yo estoy formulando y haciendo ver es que mi literatura se ha ido
desarrollando bajo la sombra de lo que podría llamarse el postmodernismo,
entonces ahí yo hago una serie de precisiones, como que el postmodernismo
apunta a desarrollar una literatura del pequeño relato contra el gran relato. Teniendo
en cuenta ese marco referencial, yo seguí trabajando mis textos literarios
cuestionando eso. Mi literatura es producto de un impulso artista de querer
buscar nuevos caminos y estructuras literarias, pero la diferencia está en el
sentido de que yo pretendo reimpulsar el gran relato; esto es aquello que se
fundamenta en la preocupación de la condición humana. No me parece interesante
una literatura que esté encerrada dentro de una subjetividad hermética, aislada
y desvinculada a su contexto. En ese sentido lo que yo pretendo es integrar de
manera estética, porque lo principal es la estética ya que ahí está el desafío
del escritor; yo he intentado hacer ello especialmente en las dos novelas (Los
últimos dioses del opio y La inmensidad).
Algunas personas han visto en
estos dos libros como una literatura experimental, pero me parece que el
término correcto es “vanguardia”, porque refleja el esfuerzo por hacer una
literatura de vanguardia dentro del postmodernismo con sus limitaciones que
tiene este mismo. Es un cuestionamiento a la literatura que se ha desarrollado
tratando de enfocar la literatura como un pequeño relato.
Sebastián: Con la publicación de
El círculo perfecto de la muerte y teniendo la noción que usted agrupa
sus obras en trilogías ¿Que nos puede comentar de sus futuros proyectos
narrativos?
Yuri Vásquez: Bueno, acabo
de terminar hace unos tres meses una novela que es una pretensión muy audaz,
porque he escrito una novela distópica que me ha tomado cuatro años y he
quedado un poco agotado. He estado descansando uno dos meses, pero ahora tengo
dos proyectos que quiero realizarlos, como el libro de cuentos y una novela que
ojalá cuando los vuelva a ver pueda decirles que lo he logrado, porque es un
reto. Quiero escribir una novela corta que no exceda de las 130 páginas y que
sea contundente, en eso estoy.
Anthony: Y el hecho de que
usted agrupa sus novelas con ciertas temáticas es algo que usted ¿lo ha pensado
antes de escribirlas o surge en el proceso que está escribiendo?
Yuri Vásquez: Tengo la
trilogía de la memoria que está conformada por la novela El nido tempestad, Cortometraje
y Témpanos y kamikazes. En ese caso, surge así de la nada y en el
camino fui ajustando cosas para encontrar una atmósfera integrada, pero después
me propuse hacer trilogías de una manera más pensada, por eso hice la trilogía
del hombre hipermoderno y luego el de las novelas policiales.
Sebastián: En toda esta
experiencia y los años como escritor, usted ha debido de conocer a muchos
escritores tanto emergentes como ya consolidados. Por ello, nos gustaría
preguntarle ¿cómo percibe la literatura peruana actual? ¿Qué autores peruanos
le entusiasman o que otros no?
Yuri Vásquez: Bueno, yo
creo que la literatura que habla solo del Perú en términos generales y
globales, está en crisis lamentablemente. Es muy bueno que existan escritores
jóvenes acá en Arequipa, se ha dado ese fenómeno muy prolífico, que viene de
los años 90. Eso a mí me entusiasma y me parece muy bien en la medida en que
los escritores jóvenes busquen su propia voz. Son jóvenes que yo creo que sí lo
van a lograr, pero lamentablemente en escritores que ya son de cuarenta o
cincuenta a más años, me parece que es una literatura que debió haberse
renovado.
Por ejemplo, para mí en la
literatura peruana quien me parece interesante y me han motivado a escribir son
Arguedas, Ciro Alegría, Escorza y Churata. Actualmente veo escritores que son
escritores talentosos, pero lamentablemente veo que están encerrados en un
círculo que no termina de cerrarse. En ese sentido yo soy un poco
insistente en la medida de que hay que producir una voz que pueda ser atendible,
que abramos la literatura a nuevos caminos. Porque la literatura peruana merece
ser renovada. En la literatura actual quien ha intentado dar esa renovación ha
sido Dumett, Rafael Dumett, debido a que él viene a ser la sorpresa de alguien
que abre un camino de discusión literaria, histórica y da nuevos impulsos. Esa
es una figura que tenemos que resaltar porque él ha desarrollado la literatura
histórica, pero también hay otros caminos, como lo fantástico. Creo que en
cierta medida la literatura realista ha sido rebasada y debemos de buscar
nuevas alternativas.
Yo no sé cómo terminará mi literatura
a juicio de los críticos o de los lectores, tal vez estimen que no es lo
suficientemente importante, pero de lo que yo voy a estar seguro es que me he
sumergido al reto que supone la literatura. Porque esta es un fin
extraordinario, uno tiene que hacer el esfuerzo de llegar a siquiera
tocarla.
Esta frase me gusta: “Yo creo que
los escritores necesitamos y merecemos acostarnos con la literatura, porque es
una diosa muy implacable”. No a todos nos quiere ni nos ve bien, pero hay que
hacer méritos.
Lo que yo pretendo —y no sé si lo
lograré—es llevar en la medida de lo posible mi literatura lo más lejos posible.
Anthony: Claro, yo creo que
actualmente este proceso de la comercialización del libro, de la instauración
de editoriales transnacionales, hace que se dejen de lado estos proyectos
narrativos complicados y ambiciosos.
Yuri Vásquez: Y es
lamentable, porque en los años 60 uno de los resortes que hizo que el boom
latinoamericano se internacionalizara fue que había concursos interesantes. Hoy
en día las novelas que salen ganadoras de grandes premios de editoriales
internacionales no son serias. Por eso yo quiero cambiar ello.
Yo también estoy en contra de ese
uso que se hace a veces de buena fe o mala fe de la literatura regional. Yo
creo que aquí en Arequipa existen escritores talentosos, especialmente la
juventud. Por eso ellos pueden abrir nuevos horizontes y tendríamos que hacer
ese esfuerzo para que desde Arequipa hagamos una literatura visible que el
centralismo limeño no lo pueda ocultar y que sirva para renovar la literatura. Y
en realidad lo que deberíamos decir es, por ejemplo: el escritor Anthony
Valdivia Valencia es un escritor peruano sureño. Al escritor que radica fuera
de la capital debe decírsele “escritor peruano de origen arequipeño, tacneño o
puneño”.
Sebastián: Desde su
amplia experiencia como escritor, ¿cuál es su rutina para escribir y cómo
piensa construir sus historias?
Yuri Vásquez: Bueno yo
escribo fundamentalmente en las noches, escribo cinco días a la semana y mis
ideas surgen de distintas formas. Generalmente los cuentos son más emotivos y
emocionales, surgen de una circunstancia imprevista. En cambio, en las novelas
lo trabajo con mayor cálculo; además la novela te llama a eso por su estructura
y hace que tengas que trabajar de manera más premeditada.
Anthony: En su vasta
experiencia, ¿qué recomendaciones le daría a aquellos que quieren adentrarse en
el oficio de escribir?
Yuri Vásquez: Primero de
que estén muy seguros de su vocación, porque la literatura es un camino muy
difícil en todo tipo de órdenes. Los escritores no tenemos a veces el
reconocimiento ni la amabilidad de mucha gente, menos del Estado. Hay que tener
en cuenta eso, porque nos vamos a enfrentar a muchas dificultades de carácter
objetivo y material. Además, uno tiene que estar muy convencido, porque va a
obligarte a tener una tenacidad al enfrentarte al hecho de que posiblemente nadie
ha leído tu libro y a nadie le interesó. Te puedes desmoronar. Y en segundo
lugar, a parte de esa seguridad que debes de tener contigo mismo, tienes que
buscar tu voz personal. Porque creo que si el escritor no se plantea eso, va a
tener limitaciones, por eso debe de decirse así mismo “esto no es suficiente y
tengo que buscar mi voz”. Eso es lo que yo creo que un escritor joven debe de
hacer.
Sebastián: ¿Qué se
encuentra leyendo actualmente? ¿Y qué opina de dicha lectura?
Yuri Vásquez: Estoy
leyendo de Kazuo Ishiguro Cuando fuimos huérfanos. Este autor ha sido
para mí uno de los descubrimientos más importantes de los últimos diez años,
porque me ha permitido comprender que la literatura tiene mucha riqueza en
cuanto a abrir muchas experiencias.
Anthony: ¿Hay alguna obra o
autor que esté oculto o que no se haya leído mucho y a usted le gustaría
recomendarlo para que sea revalorizado?
Yuri Vásquez: Hay muchos,
pero estaba pensando en André Gide porque es un escritor muy fino y
sofisticado, pero no se lee nada de él. Y también el escritor Gamaliel Churata.
Yuri Vásquez (Arequipa, 1963) es
abogado de profesión. Ha obtenido diversos premios literarios, como el primero
y tercer lugar en el III y IV Concurso Nacional de Cuento organizado por la
Municipalidad Distrital de Paucarpata con «La vida detrás de un biombo» (1993)
y «Blues en la noche» (1994), respectivamente. Ha sido incluido en varias
antologías peruanas, como El cuento peruano de Ricardo
Gonzalez Vigil (2001 y 2010) y El cuento regional de José
Córdova. Ha recibido palabras elogiosas de los críticos literarios Ricardo
González Vigil, José Donayre Hooefken, Carlos Caballero y Elton Honores. Es
autor de los libros de cuentos Cortometraje (2010), Témpanos
y Kamikazes (2014) y Sonata para un hombre lejano (2016),
y de las novelas El nido de la tempestad (2012) finalista en
la II Bienal de Novela «Premio Copé Internacional 2009», Los últimos dioses
del opio (2018), La inmensidad (2022) y El círculo perfecto de la
muerte (2024). Fue invitado a la Feria Internacional del Libro Guadalajara
(México) 2017 y
a la Feria Internacional del Libro de Santiago (Chile) 2018.
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